Renunciar a creaciones favoritas,
De la gente y el chat en el mundo,
Renunciar a los deseos mundanos,
Pensar en el día y orar por la tarde.
Si su espíritu arde sin descanso,
La inspiración se separó por destilación.
Sólo una única sabiduría digna
Ir a la inevitable noche.
En la planta, no reconocen premios.
Claro espíritu ante el rostro de Dios,
quemaduras, dejando la lámpara,
fuego sola y verdadera.
1 noviembre 1900