No desprecien, Por el amor de Dios,
Mis pensamientos y sueños,
Cuando encuentre sus cuadernos
Y flores amarillentas.
cuando muera, Les pido, niños,
Añadir hasta un cofre sin vida
Los restos de la triste vida
Y con ellos el ataúd me lleve.
Algún día mis descendientes,
La plantación de flores de primavera,
Se encuentra en la tierra de los fragmentos de hueso
Y los cantos de las hojas amarillas.
23 enero 1899
San Petersburgo