Se levantó de la oscuridad de los sótanos.
Dejando sus hombros la cabeza.
ruido se hizo pasos silenciosos,
Las palabras de dialectos desconocidos.
Pronto llegó la multitud de otros,
picos y palas arrastrados.
Se propagan a los adoquines,
Cámara de la tierra levantada.
calle rosa, gris completa,
Hilo tejido de telarañas.
susurro, fue la onda que viene,
Lo que hace difícil para los equipos de conducto.
Pronto se retiró profundamente día,
En el cielo, el lejano salpican Amanece.
Un susurro invisible corriente,
Estrecho en nuestra ciudad, cómo en el mar.
No buscamos y nos preguntamos:
Vamos a reemplazar el nuevo pueblo!
En la misma agonía dio a luz a su madre,
Sólo suavemente alimentado al pecho…
El velo de los gases de escape del día
Hemos tenido este destino es clara…
Fuimos la última puesta de sol del fuego
Combinado y teje sus manchas.
No se mantiene dragón frenética,
No es quemado por nosotros Gehena.
Inundado nos agitamos época,
Y hubo nuestro destino - al instante.
10 septiembre 1904